En Ashima creemos en la importancia de la participación familiar como apoyo a ciertos procesos terapéuticos. Ya que ésta es el primer y más importante sistema al que pertenecemos a lo largo de nuestra vida.
A menudo los síntomas, físicos y/o emocionales, de un miembro de la familia son el reflejo de un conflicto o dificultad en la comunicación y relación de la familia, además de forma inevitable esos síntomas afectan al resto de miembros de la convivencia. Por lo que, a lo largo de las sesiones, os acompañamos para superar las diferentes dificultades relacionales que vayan apareciendo, así como a fomentar el crecimiento de todos los individuos inmersos en ésta. Encontrando, durante el proceso, formas de relación más sanas que ayuden a mejorar la convivencia y superar las dificultades individuales y familiares.
CUÁNDO TERAPIA FAMILIAR
• Cuando un niño o adolescente es el que presenta la dificultad física y/o emocional.
• Cuando surgen conflictos para afrontar los cambios relacionados con el ciclo vital familiar: desacuerdos en la crianza de los hijos, desavenencias entre padres e hijos, peleas entre hermanos…
• Cuando se produce un cambio en la situación familiar (enfermedad, cambio de residencia, fallecimiento, desempleo, separación/divorcio, familias reconstituidas, o cualquier otra situación que desestabilice el equilibrio familiar).
• Cuando existe un trastorno en alguno de los miembros de la familia y esto conlleva dificultades en las relaciones familiares (trastornos de la alimentación, depresión, adicciones, u otros).
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